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LA PRINCIPAL DIFERENCIA ENTRE UN MICRO Y UN EMPRESARIO GRANDE ES . . .

R. La forma de entenderse a sí mismos, desarrollando posturas más serias que, a su vez, determina el árbol de decisiones a través del cual establecen prioridades.


En enero de 2025, el Instituto Mundial De Organización, alineados con los programas de la Organización de Naciones Unidas para reducción de riesgo y cambio climático, dimos inicio a la construcción del primer Atlas Global en Patrones Organizacionales, a través del cual podemos entender rasgos significativos en las prácticas organizacionales de las diferentes regiones del planeta, lo que en principio nos permitirá adaptar la ejecución de las iniciativas al nivel de cada población, trabajar en desarrollar hábitos y habilidades organizacionales en el tejido social y lograr respuestas coordinadas en escenarios de crisis y desastres.


El Atlas se construye mediante diagnósticos realizados en empresas de diferentes tamaños y sectores a través de la App del Coeficiente de Organización, diseñada por el IMO, y mediante la cual hemos comenzado a tener datos que iremos compartiendo en las publicaciones de los martes dedicadas a "aprender a organizar tu empresa".


Más allá de la idea, del capital, del éxito del producto o de las necesidades del mercado, la principal diferencia encontrada entre un microempresario y un empresario que dejó de serlo, resultó ser un tema mucho más simple, asociado a las mal llamadas "soft skills", o habilidades blandas, que en realidad forman el fundamento profesional de cualquier persona.


En cerca de 1,000 muestras que llevamos aplicadas en México, encontramos que a los microempresarios les cuesta trabajo creer en la importancia de su trabajo y, por lo tanto, modifican continuamente su postura frente a las interacciones que llevan a cabo.

Mientras que el 95 % de las interacciones para hacer el diagnóstico y darle seguimiento se llevaron a cabo de forma puntual en las grandes y medianas empresas, apenas el 55 % de las microempresas fueron puntuales y solo el 15 % le dio seguimiento al resultado.

Mientras el problema principal organizacional en las empresas grandes está centrado en temas de Comunicación Organizacional y adaptación de cambios a los procesos de control, en las microempresas el principal problema, por mucho, es la falta de seguimiento, derivado de las fluctuaciones en los criterios para identificar prioridades.


Por otro lado, cuando analizamos los factores asociados a la consolidación de una microempresa y crecimientos acelerados, encontramos que las personas detrás de ellas se entendían como empresarios grandes en etapas tempranas de su negocio, no como microempresarios, y por lo tanto se manejaban de la misma forma como imaginaban que se manejarían cuando su negocio fuera grande. Destaca que, además, priorizaban lo que los microempresarios minimizaban, como inversión en capacitación, inversión tecnológica o cualquier otra actividad que pareciera secundaria.


La lista de situaciones se extiende, recorriendo infinidad de escenarios de los cuales se desprende la conclusión:

La forma de entenderse a si mismos, desarrollando posturas más serias que a su vez determina el árbol decisiones a través del cual establecen prioridades.

Conforme avancemos en la construcción del Atlas Global, profundizaremos en los patrones organizacionales de los seres humanos y propondremos acciones puntuales que los ayuden a avanzar en el desarrollo de hábitos y habilidades dentro de nuestra disciplina.


Por ahora, cerramos esta aportación subrayando la importancia que tiene la imagen de ti mismo en el presente y en el futuro, para que, a partir de ella, diseñes estrategias que te permitan ser la misma persona sin importar el tamaño que alcance tu negocio, algo especialmente importante para quienes comienzan un negocio, pero no menos valioso para quienes han alcanzado la cima y encuentran que la falta de este ejercicio los alejó de aquello que verdaderamente los hacía sentirse felices.


Hay grandes empresarios con una microempresa.


Hay microempresarios dirigiendo empresas grandes.


El tamaño del empresario no lo determina la empresa, sino la forma de entenderse a sí mismos.

 
 
 

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